domingo, 8 de noviembre de 2009

Qué ciega fuí...


"Recuerdo haber pensado una vez (y debo, a fin de una mayor comprensión, decir que cuando pensé esto creía que yo ya había alcanzado mi meta de controlar mis emociones) que cuando algo así de trágico sucediera, y por ende cuando algo menos grave se presentara, yo no tendría problemas en poner buena cara y no amargarme por tan horrible suceso.
Debo decir que estaba equivocada, bien por pensar que mi rostro no estaría descompuesto o no mostraría señales de tristeza o desolación, o bien porque consideraba que lo que sentiría bajo aquella terrible circunstancia solo sería una emoción.

Verán, las emociones solo son meros estados anímicos tan susceptibles al ambiente como la llama de una vela, en frente de quien la sujeta, a la respiración de esta persona. Mi objetivo era, entonces, controlar esta susceptibilidad de mis estados de ánimo mediante el control de mí misma, manifestado en el dominio de mis emociones.
Quizá crean que controlar mis emociones es algo absurdo o antinatural, pues todos deberíamos mostrarnos tal como somos… Pero déjenme decirles algo, ocultar cómo nos sentimos es la cosa más común del mundo; no por nada el origen de la palabra persona proviene de "máscara", con toda la reflexión que ello implica... Y, después de todo, yo no planeo ocultar lo que siento; sino, controlarlo.
Una vez Dorian Gray dijo que quería ser dueño de sí mismo, dueño de sus emociones, que quería controlarlas, dominarlas. Y le encuentro toda la razón a esas palabras escritas por Oscar Wilde, así como muchas otras que ha escrito.

… Creo haberme desviado del tema, pero es imposible construir sin buenos cimientos. ¿Dónde quedé?
¡Ah! Creo haberme equivocado con mis pensamientos, primero porque cuando pensé que no lloraría por algo así, creía haber dominado mis emociones; cosa que aun no controlo del todo. Además; lo que sea que siento ahora, me doy cuenta que no es solo una emoción; sino, un sentimiento. Y los sentimientos son como pensamientos arraigados en lo más profundo de nuestro ser (por no decir alma o corazón, pues no hay seguridad de que todos tengamos estos últimos).

Me percato, entonces, de que estos sentimientos jamás se irán y que me complacerán o atormentarán por mucho tiempo.
Qué ciega e ingenua fui al creer que mi estado se debía a la influencia externa. No es culpa del mundo que yo lo quiera tanto, ni culpa de las personas a quienes quiero que yo me preocupe tanto de ellas; a pesar que no lo demuestre. Y pensar que todos estos sentimientos de amor y preocupación fueron, en algún momento del que no estoy consciente ni recuerdo, aceptados por mí; pues yo permití que surgieran y se quedaran en mí."

(Noviembre 6, 2009. 3:52 pm)
Foto: "La indiferencia" de Marcos Rey

2 comentarios:

  1. Guess what, tu siempre has controlado tu emociones.. asique si eso querías, lo lograste!
    Si no fuera por el control de tus emociones, crees que te hubiesemos dicho lo que te dijimos con la Ferny hace un par de meses?

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  2. entonces, no las controlaba; sino, las reprimía.

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